San Miguel Arcángel pesando las almas en el Juicio Final

viernes, 22 de marzo de 2013

Recemos para aliviar los dolores de las almas del Purgatorio, y ellas se mostrarán agradecidas con nosotros cuando lleguen al cielo



La beata Ana Catalina Emmerick decía:
“Veo a los santos derramar siempre beneficios sobre los lugares donde reposan sus huesos. Los cuales brillan con la misma luz y los mismos colores que ellos y siempre parecen como una parte de ellos, pero más especialmente donde son invocados”. Pidamos a Jesús que nos una a todos los santos del cielo para que lleven nuestro nombre en su corazón y amen y adoren a Dios también en nuestro nombre.

Las almas del purgatorio

Nuestra unión espiritual llega también al purgatorio. Estas almas pueden ayudarnos, y nosotros podemos y debemos ayudarlas con nuestras oraciones y sufrimientos, y, en especial, con misas. Pensemos que hay una común unión extraordinaria entre los familiares vivos y los difuntos.

¡Cuánto bien hacen a sus familiares los difuntos buenos, ya desde el purgatorio! Se dan casos de la conversión y acercamiento a Dios de familias enteras a la muerte de la madre. Una buena madre es una bendición de Dios para todos sus descendientes hasta el final de los siglos. Recuerdo que un obispo contaba que tenía mucha devoción a su madre difunta y siempre la invocaba en sus problemas y sentía su protección especial. Santa Teresita, hablando de la muerte de su padre, dice: “Después de seis años de ausencia, lo siento en torno a mí, mirándome y protegiéndome” (Carta a Leonia, 24-8-1894).
Nuestra común unión también se da estrechamente entre los hombres que vivimos en la tierra. Por eso, es muy importante pedir ayuda espiritual a otras personas y rezar por ellos. La oración, decía San Agustín, es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios. ¡Cuántas gracias habremos obtenido de otros que han orado por nosotros, incluso en siglos pasados o que rezarán en siglos venideros, y Dios nos ha dado las bendiciones de sus oraciones! Decía Santa Teresita: “Cuántas veces he pensado que, muchas de las gracias extraordinarias con las que Dios me ha colmado, se las debo a algún alma humilde a la que sólo conoceré en el cielo”.

Santa Faustina Kowalska dice en su Diario: “Siento muchas veces, cuando otras personas rezan por mí. Lo siento de repente en mi alma. Pero no siempre sé quién es la persona que intercede por mí” (15-3-1937).

Tú también habrás recibido muchas gracias a través de tus antepasados o de personas desconocidas, sin mérito alguno de tu parte. ¿Qué sabemos de los misterios inescrutables de Dios? Los padres de Santa Teresita pedían a Dios un hijo misionero y Dios les di una hija patrona de las misiones. ¡Cuántos milagros se pueden conseguir con la oración por los demás! Por eso, procura aprovechar el tiempo. Si eres anciano, enfermo, desempleado, aprovecha tu tiempo en cosas útiles y en hacer más oración por los demás. Cada oración, cada acto de amor, cada obra buena o sacrificio, tiene un gran valor para la eternidad. No los desperdicies, ora mucho y acepta tus sufrimientos en unión con los sufrimientos de Cristo por la salvación de los demás.

A veces, he pensado: Muchas almas se habrán condenado eternamente por su propia culpa, por supuesto; pero también, porque aquellos que debían ayudarlas no lo hicieron, comenzando por sus familiares. Si nosotros fuéramos más generosos y oráramos más, muchos otros podrían obtener gracias extraordinarias con las cuales podrían salvarse. María Simma, la gran mística austríaca, cuenta que un día un alma del purgatorio le dijo: “Hoy morirán en Voralberg dos personas que están en gran peligro de condenación. No se salvarán, si no se reza mucho por ellas”.
Según lo que dijeron las almas del purgatorio, muchos se van al infierno porque se reza poco por ellas. Se podrían salvar del Infierno muchas almas si por la mañana y por la tarde se recitase esta oración indulguenciada por aquellos que murieron ese día.
"Oh Jesús que ardes de amor por las almas, os suplico por la agonía de Vuestro Sacratísimo Corazón y por el dolor de Vuestra Madre Inmaculada que purifiques con Vuestra Sangre a todos los
pecadores de la tierra que están en agonía y que van a morir hoy mismo. Corazón agonizante de Jesús ten piedad de los moribundos". María, ayudada por otras personas, rezó todo el día. A la noche siguiente, otra alma le dijo que los dos se habían salvado, gracias a sus oraciones, a pesar de que una de ellas no había recibido los últimos sacramentos.

Personalmente, todos los días en la misa encomiendo a todos los hombres, especialmente a mis familiares, a mis hermanas espirituales y a todos los que Dios ha puesto en mi camino y que forman parte de la gran familia espiritual, que Dios me ha encomendado. También en la misa diaria encomiendo a todos mis antepasados, a todos los que han hecho posible que yo exista físicamente y también a quienes me transmitieron la fe. ¡Cuántas gracias habrán recibido en siglos pasados, porque Dios los bendijo, sabiendo que un sacerdote iba rezar por ellos, después de cientos de años! También encomiendo a mis familiares de los siglos futuros, porque la oración no tiene fronteras, abarca a todos los tiempos y lugares, ya que para Dios todo es presente.
del libro " Hacia la santidad " P. ÁNGEL PEÑA O.A.R. 

ORACIÓN QUE SALVA A MILLONES DE PECADORES QUE VAN CAMINO DEL INFIERNO, PORQUE ESTÁN EN PECADO MORTAL Y NO TIENEN QUIEN RECE POR ELLOS






¡Oh, Jesús, Redentor del hombre!, que tanto sufriste por el amor y la salvación de los pecadores, sabiendo que no todos iban a aceptar tu Sacrificio...

Yo quiero unirme a esos Tus sentimientos de Amor, de Perdón y Misericordia, y pedirte en este día la salvación de mil pecadores por cada latido de mi pobre corazón, unidos a los latidos del vuestro y a los del Corazón Inmaculado de María, vuestra Santísima Madre y nuestra, que nos disteis al pie de la Cruz.

Os lo suplico, por vuestra Preciosa Sangre y vuestra Divina Misericordia. Amén.

lunes, 18 de marzo de 2013

Una huella ardiente del infierno: un recordatorio para toda la vida


El siguiente es el relato sobre cómo un hombre que debía estar muerto, apareció en la habitación de una dama, la tomó de la muñeca quemándola hasta el hueso, pronunciando estas palabras: “¡Hay un infierno!”


Este incidente es referido por un honorable sacerdote y superior de una comunidad religiosa. Este sacerdote tuvo los detalles de la historia a partir de una estrecha relación de una dama quien se lo contó.
En el momento de este relato, el día de Navidad de 1859, esta persona aún estaba viva y tenía aproximadamente cuarenta años de edad, por lo tanto no se menciona ningún nombre en el registro de este evento para proteger la identidad de las personas.
UNA VIUDA MUNDANA CON UN AMANTE
La mujer en cuestión en esta historia estaba viviendo en Londres, en el invierno de 1847-1848.Ella era viuda, de alrededor de veintinueve años de edad, muy rica y mundana.
Entre los jóvenes que la visitaban estaba joven señor de mala conducta que la cortejaba y con quien ella eventualmente cometió una serie de pecados.
Una noche estaba en la cama leyendo una novela cuando el reloj dio la una en punto. Ella apagó la vela y estaba a punto de dormirse cuando, para su gran sorpresa, se dio cuenta de un brillo extraño de la luz que venía de la puerta del salón, que se extendió poco a poco a su habitación.
HAY UN INFIERNO
Estupefacta en un primer momento y sin saber qué era aquello, comenzó a alarmarse, cuando vio que la puerta de la habitación se abría lentamente y el joven señor, el socio de sus desórdenes, entró en el cuarto.
Antes de que tuviera tiempo de decir una sola palabra, él la agarró por la muñeca izquierda, y con una voz silbante, le dijo en Inglés: “¡Hay un infierno!”, el dolor que de repente sintió en su brazo fue tan grande que inmediatamente se desmayó.
LAS HUELLAS
Cuando volvió en sí, alrededor de una media hora después, inmediatamente llamó a su doncella. Esta última, al entrar, notó un fuerte olor a quemado.
 Acercándose a su señora que estaba desesperada y casi no podía hablar, notó de inmediato en la muñeca una quemadura tan profunda que el hueso estaba al descubierto, y la carne casi toda consumida.
Por otra parte, señaló que, desde la puerta del salón a la cama y de regreso de la cama a la misma puerta, la alfombra llevaba las marcas de pasos de un hombre, que habían quemado las fibras de la alfombra.
Según las instrucciones de su ama, ella abrió la puerta del salón y allí se encontró con más huellas sobre la alfombra.
SU AMANTE HABÍA MUERTO
Al día siguiente, la infeliz señora aprendió, con un terror que fácil imaginar, que en esa misma noche, hacia la una de la mañana, su amigo, había sido encontrado borracho medio muerto debajo de la mesa, y que sus sirvientes lo habían llevado a su habitación, y que había muerto por intoxicación etílica en los brazos de ellos.
NO SE SABE SI LA MUJER SE CONVIRTIÓ
No sé a ciencia cierta, añadió el sacerdote superior, si la terrible lección convirtió el corazón de esa desgraciada mujer, pero lo que sí sé es que ella todavía está viva y que, para ocultar de la vista las huellas de su ominosa quemadura, lleva en la muñeca izquierda, como un brazalete, y un anillo de oro ancho, que ella no se despega de día o de noche.
Lo repito: tengo todos estos detalles de su pariente cercano, una cristiana seria, a cuya palabra presto la mayor creencia. Afirma que de esta historia nunca se habla, incluso en la familia, y que sólo se me confió a mi, suprimiendo todo nombre propio.
A pesar del anonimato bajo el que se ha puesto de manifiesto esta aparición y debe ser envuelta, parece imposible, dice un escritor, poner en duda la autenticidad de los terribles detalles.
Fuentes: Mystics of the Church, Signos de estos Tiempos

viernes, 15 de marzo de 2013

El infierno visto por Oliva Garagoa - Presentación: Padre Carlos Cancelado


El infierno visto por Oliva Garagoa 1/8



El infierno visto por Oliva Garagoa 2/8



El infierno visto por Oliva Garagoa 3/8



El infierno visto por Oliva Garagoa 4/8



El infierno visto por Oliva Garagoa 5/8



El infierno visto por Oliva Garagoa 6/8



El infierno visto por Oliva Garagoa 7/8



El infierno visto por Oliva Garagoa 8/8

miércoles, 13 de marzo de 2013


Os anuncio un gran gozo:
Tenemos Papa:


El argentino Jorge Mario Bergoglio es el nuevo papa, Francisco I

el eminentísimo y reverendísimo Señor.
Don Jorge.
Cardenal de la Santa Iglesia Romana,
que se ha impuesto el nombre de
Francisco 

Junto a Su Santidad Benedicto XVI,

prometemos 
"reverencia y obediencia incondicional"

"Las almas que veneran y glorifican Mi misericordia no irán al infierno"




"...las almas que veneran y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. 

Estas almas son las que más lamentaron Mi Pasión y penetraron mas profundamente en Mi espíritu  Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón compasivo. 

Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.

Jesús misericordiosísimo  cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios Mismo.

En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte.

El alma que ensalza la bondad de su Señor
Es por Él particularmente amada.
Está siempre al lado de la fuente viva
Y saca gracias de la Divina Misericordia.

Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones, desbordantes
de gozo, Te cantan, oh Altísimo, un cántico de misericordia.

Te suplico, oh Dios, muéstrales Tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo: A las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo Mismo las defenderé como Mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte."

(D. 1224-1225)

martes, 12 de marzo de 2013

El maravilloso poder del agua bendita




Hacer devotamente la señal de la cruz con agua bendita produce innumerables beneficios para el cuerpo y el alma: ahuyenta a los demonios, obtiene el perdón para los pecados veniales, puede librarnos de accidentes y hasta puede curar enfermedades.
Un amigo sacerdote me aseguró que innumerables católicos, aun de los más instruidos, no saben para lo que sirve el agua bendita. ¡Es una lástima!
¡Por eso no se benefician con este precioso instrumento instituido por la Iglesia para ayudarlos en prácticamente todas las circunstancias y dificultades de la vida!
Hay varias formas de usarla. La más común es persignarse con ella.
Otra es aspergirla (salpicarla) sobre sí mismo, sobre otras personas, lugares u objetos. Cualquier laico o laica puede hacer esto. Naturalmente, si lo hace un sacerdote tiene más valor.
¿Para qué sirve?
Su efecto más importante es alejar al demonio, que “ronda como león rugiente” , buscando toda especie de mal, como nos advierte San Pedro (I Pe 5,8). Los espíritus malignos, cuyas misteriosas y siniestras operaciones afectan incluso las actividades físicas del hombre, quieren ante todo inducirnos al pecado mortal, que conduce al infierno. Para ello emplean todos los recursos.
A veces, por ejemplo, nos provocan un sinnúmero de molestias físicas o psicológicas. Otras veces provocan pequeños incidentes en nuestra vida diaria, causar enredos que parecen tener causas meramente naturales.
Por ejemplo, al momento de cumplir un deber, la persona siente un inexplicable malestar, un inesperado desánimo, un raro dolor de cabeza...
En ciertas oportunidades, sin motivo alguno, el marido se irrita repentinamente con la esposa, o viceversa, de eso surge una discusión y se rompe la paz del hogar. O si no, el padre o la madre se dejan llevar por un movimiento de impaciencia y reprenden duramente al hijo, en vez de amonestarlo con dulzura. El hijo se rebela, sale de casa. ¡Se creó un problema! Todo eso puede evitarse ahuyentando al demonio con una simple señal de la cruz hecha con agua bendita. Cuando sienta usted una irritación extraña, haga la prueba y ponga atención al efecto saludable que produce. Enseguida volverá la serenidad.
Además, el agua bendita es un sacramental que nos alcanza el perdón de los pecados veniales, puede librarnos de accidentes (tránsito, asaltos, caídas), y ayuda hasta a curar enfermedades.
El agua bendita, como todo sacramental, nos invita en las diversas circunstancias del día a invocar el socorro del Divino Espíritu Santo, para el bien de nuestra alma y de nuestro cuerpo.
Otro beneficio muy interesante y poco conocido: se la puede usar eficazmente en provecho de personas que se encuentran distantes de nosotros.
Beneficia a los Ausentes:
Si nuestros seres queridos se hayan lejos de nosotros, el agua bendita rociada con intención de que Dios los bendiga donde quiera que estén, puede mover al Sagrado Corazón de Jesús para que los bendiga, y proteja librán- dolos de todo mal, de alma y cuerpo. La oracíon de la Iglesia les puede socorrer a cualquier hora y en cualquier lugar donde se encuentren.
Y aún más, cada vez que la utilizamos para hacer la señal de la cruz por la intención de las almas del purgatorio, ellas son aliviadas en sus sufrimientos.
¿De dónde viene ese poder maravilloso?
Viene del hecho de ser un sacramental instituido por la Santa Iglesia Católica. El sacerdote bendice el agua como ministro de Dios, en nombre de la Iglesia y como su representante, seguro que nuestro Divino Salvador siempre la atenderá con benevolencia. En nuestra Iglesia contamos con el “Ritual de Bendiciones” y en el propio “Misal Romano”.
¡Así que no se olvide!
Es muy conveniente llevar siempre consigo agua bendita para usar en cualquier circunstancia. Por ejemplo, santiguarse con ella al salir o entrar en la iglesia, en casa o en el lugar de trabajo; al iniciar una oración, un trámite, un viaje, un exàmen, una cita de trabajo etc
Para alejar del hogar la influencia maléfica de los demonios, es muy aconsejable aspergir en la casa algunas gotas cada vez que se pueda. Esto puede hacerlo cualquier persona de la familia.
Pensemos en ello
Si ahora nos diésemos cuenta de sus beneficios como lo comprenderemos después de la muerte la usaríamos más a menudo y con mayor fe y reverencia!
El agua bendita tiene, su gran poder y eficacia en virtud de las operaciones de la Iglesia que su Divino Fundador siempre acepta con prontitud y complacencia.
He aqui una oración de la iglesia al bendecir el agua:
"Oh Dios... concédenos que esta criatura tuya (el agua) sea dotada de la divina gracia para expulsar los demonios y alejar las enfermedades, y que cualquier cosa en las casas o poseciones de lós fieles que fuere rociada con ésta agua quede libre de toda impureza y de todo daño... Que todo lo que amenace la seguridad o la paz de sus habitantes sea expulsado por la aspersión de esta agua, para que la salud implorada por la invocación de tu Santo Nombre sea guardada de todo asalto.