San Miguel Arcángel pesando las almas en el Juicio Final

lunes, 24 de febrero de 2014

La suerte del impío

"¿No sabes tú, que desde siempre, desde que hay hombre sobre la tierra, el gozo de los malos es breve, y la alegría del impío un instante?
Aunque su arrogancia alcance hasta el cielo, y su cabeza toque las nubes, como su estiércol, para siempre perecerá; los que le vieron dirán: "¿Donde está?". Como un sueño volará, y no lo hallarán; desaparecerá cual visión nocturna. El ojo que le vio no le verá más, no verá otra vez su lugar. Sus hijos andarán pidiendo el favor de los pobres, y sus manos restituirán su riqueza. Sus huesos llenos aún de juvenil vigor, yacerán con él en el polvo.
Por dulce que sea el mal en su boca, y por más que lo oculte bajo su lengua, si lo saborea y no lo suelta, si lo retiene en su paladar, su manjar se convierte en sus entrañas, hiel de áspid se volverá en su interior.
Se tragó riquezas, pero las vomitará; Dios se las arrancará de su vientre. Chupará veneno de áspides, y la lengua de la víbora le matará.
Jamás verá los arroyos, los ríos, los torrentes de miel y leche.
Devolverá lo que ganó y no se lo tragará; será como riqueza prestada, en que no se puede gozar.
Por cuanto oprimió y desamparó al pobre, robó casas que no había edificado, y no se hartó su vientre, por eso no salvará nada de lo que tanto le gusta.
Nada escapaba a su voracidad, por eso no durará su prosperidad.
En medio de toda su abundancia le sobrevendrá la estrechez; toda clase de penas le alcanzará.
Cuando se pone a llenarse el vientre, (Dios) le manda el furor de su ira, y hará llover sobre él su castigo.
Si huye de las armas de hierro, le traspasará el arco de bronce.
Se saca (la flecha) y sale de su cuerpo, se la arranca de su hiel cual hierro resplandeciente, y vienen sobre él los terrores; una noche oscura traga sus tesoros, le consumirá fuego no encendido (por hombre); devorará cuanto quedare en su tienda. 
El cielo descubrirá su iniquidad, y la tierra se levantará contra él. La riqueza de su casa desaparecerá, será desparramada en el día de Su ira.
Tal es la suerte que Dios al impío tiene reservada, y la herencia que Dios le ha asignado".

Fuego no encendido: Todos convienen en que se indica en este lugar, la condición del fuego del infierno, que abrasa pero no alumbra, y como interpreta M. León, se enciende sin ser soplado, y quema sin estar expuesto al aire. (Mons. Dr. Juan Straubinger)

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